Rabietas y pataletas: cómo controlarlas y prevenirlas

Las rabietas de los bebés y niños pequeños son uno de os actos más temidos por los padres, que, muchas veces sucumben por no saber controlarlas. Sin embargo, aquí te diremos cómo hacerlo.

Les llaman rabietas, pataletas, o berrinches. Yo la llamo cataclismo. Me ha pasado que cuando he viajado en buses o he estado en alguna cola para comprar un ticket o en la sala de espera de un banco, de pronto un chillido infernal y ultra agudo me ha hecho crispar y saltar del asiento o de donde esté. Volteo y allí está: un pequeño retorciéndose como poseído, gritando y llorando. Y sus consternados padres tratando de calmarlo con lo que sea.. y nada.

Lo curioso de todo es que hoy en día, no lo soporto, no aguanto que un niño llore demasiado o haga berrinche, pero yo hacía exactamente lo mismo cuando era pequeña. Mis padres me cuentan que (y yo recuerdo algunas escenas) que hacía unas rabietas memorables en todo el camino, desde la casa al nido, porque no quería ir. Y esto duró varios días, hasta que la directora del colegio se puso fuerte y con una mano, me llevó cargada a mi aula, Fin de la historia.

Las razones por las que un bebé o un niño pequeño hace rabietas son muchas, aburrimiento, cansancio, porque quiere un dulce o un juguete y no se lo dan, porque quiere ir a un sitio y no le dejan, etc.  Lo cierto es que casi podría decirse que las rabietas son una parte integrante de la vida de un niño. Incluso me atrevería a decir que en algunos casos son necesarias, pro ejemplo, ¿te imaginas, como  haría un bebé que no sabe expresarse para decirte que le duele algo, que tiene hambre o necesita algo?, y como padres, hay que estar preparados para hacerle frente.

Causas de las rabietas infantiles

Hay que entender por qué ocurren las rabietas para saber cómo tratarlas, pues no todas son fruto del capricho, sino de una necesidad básica de comunicar algo. Hay que analizar en qué circunstancias ocurren, sobre todo si nuestro niño es demasiado pequeño como para decirlas por sí mismo.

Entre las causas de una rabieta están las siguientes:

  • Deseo insatisfecho: un juguete, un dulce, un objeto que quiere alcanzar (pero que no debe tocar), un lugar al que quiere ir (o que no quiere dejar), pero no se le permite.
  • Frustración: algo que no les sale bien (armar un rompecabezas, por ejemplo) puede ser motivo para estallar de frustración.
  • Necesidad: hambre, frío, escozor en una zona donde no puede rascarse, malestar, fatiga, sueño insatisfecho o interrumpido pueden también originar ataques de rabieta.
  • Negación: aunque no lo creas, la rabieta es un síntoma de la formación de su personalidad, y esta se refleja primariamente, a través de la negación. Negarse a hacer algo (por ejemplo, comer, ir a dormir, ir al nido) y convertir este hecho en una rabieta, pueden ocurrir.
  • Dolencias: malestar general, dolor de cabeza, cólicos, pueden ser algunas enfermedades que pueden causarlas.

¿Cuándo ocurren?

Las rabietas ocurren cuando el niño está por el año a los 2 años. A veces un poco antes o un poco después. A  la edad de 4 años ya no deberían darse, pues es ya un niño que puede expresar con palabras sus deseos y cuya personalidad está mejor formada.

Aunque las rabietas son molestas para todos, son una señal de crecimiento emocional. El niño expresa sus deseos (buenos o malos) a través de ellas, su emociones y sus vivencias, y aprende a conocer el nivel de autocontrol de sus padres. Algunos lo llaman manipulación, pues cuando los padres terminan cediendo, el niñlo obtiene lo que quiere. Por ello los padres deben determinar las fronteras entre la permisibilidad y la autoridad y el respeto, bases fundamentales de su formación.

Y aunque es un hecho que tengan que ocurrir (son algo así como un mal necesario), es preciso que sepamos cómo controlarlas y no dejar que nos hagan la vida cuadritos.

Cómo controlar las rabietas

Según el psicólogo, David Dávila Ordóñez, las rabietas pueden controlarse empezando por el autocontrol por parte de los padres. Muchos sucumben ante los prolongados gritos y llantos de sus niños y hasta terminan cediendo.

“Las rabietas son la afirmación de su propia personalidad, la cual se vuelve muchas veces una lucha de voluntades o decisiones: la de los padres contra la suya. Por ejemplo, si no quiere ir a dormir a su hora, lo expresará de todas las formas posibles e irá midiendo a los padres, en cuánto serán capaces de ceder o no a sus demandas”.

Y en esta medición de fuerzas, los padres no deben ceder, esa es la primera gran regla. Sobre todo si se comprueba que la rabieta es producto de algo que desea hacer pero que no debe. Un capricho o malcriadez, en otras palabras, que debemos enseñarles a no hacer.

Muchos padres tienen la siguiente duda: se puede controlar fácilmente una rabieta en casa, ¿pero fuera de ella? Y muchos niños, especialmente, los mayorcitos (1-2 años) ya se dan cuenta de ello, y deliberadamente hacen su rabieta, sabiendo que los padres, avergonzados por estar rodeados de gente, o en sitios como una iglesia, o un auditorio, terminarán cediendo a sus pedidos.

En estos casos, lo que debemos hacer es retirar al niño del lugar y hacer que se calme. Ahora bien, ¿qué técnicas emplearemos para ello? Aquí te las digo:

  • Mantener la calma: no perder el control echándose a llorar (las mamás sobre todo) o cediendo fácilmente para que se calle, porque el niño entonces habrá encontrado el arma perfecta para obtener lo que quiera y de lo que se trata es de enseñar. Ni el niño es un malcriado, ni los padres habrán hecho algo malo, sobre el por qué tiene rabietas, simplemente, es parte de su desarrollo y hay que mantenerse calmado.
  • Mantenerse firmes: por más feroz que te parezca la rabieta, no hay que ceder. Si quiere, por ejemplo tomar un cuchillo para jugar, un teléfono celular u otro objeto peligroso para ellos, es imposible que le diugamos que sí. El niño tiene que aprender.
  • No hacerles caso: un berrinche o rabieta tiene efecto si el bebé tiene quien lo esté mirando, por lo que un remedio excelente, será no hacerle caso, de repente, retirarse a otra habitación, o darle la espalda y no hablarle.
  • Distráelo: cuando veas que una rabieta está por comenzar, distráelo con algo distinto a lo que lo tiene nervioso o irritado. Los niños son muy impresionables por lo que.
  • Aislarlo: si estás en un lugar público, por ejemplo una reunión, una misa, etc., retira al bebé de allí y dile (brevemente) que debe calmarse. Luego, mantente cerca pero sin hacerle caso ni hablarle hasta que se le pase la rabieta, para que entienda que no cederás. Si estás en un bus o un avión, llévalo a los servicios o a los asientos donde no haya mucha gente.
  • Sostenlo firmemente: solo si lesiona a otros, se pone violento o se autolesiona. No lo sueltes hasta que se calme.
  • Dale mensajes directos: rogarle o gritarle no funcionará en estos casis, pero sío mensajes directos y firmes. “Si te portas así, no te haré caso”, “Cálmate y dime qué sucede” son frases que puedes utilizar para que entienda fácilmente el mensaje que quieres transmitir. Cuando se calme, explícale que esa conducta no está bien y que no le harás caso hasta que se calme y se exprese correctamente.

Prevención

Puedes evitar lidiar con tus hijos a cada momento y que estos terminen en rabietas, permitiendo que su personalidad se manifieste en pequeños detalles que pueden ser significativos para ellos, como por ejemplo, elegir una ropa, una actividad, un juguete, un juego, intentar comer solo (sí, los especialistas recomiendan, aunque no maneje bien los cubiertos, aunque se embarre hasta los pies, es valioso que lo hagan ellos mismos pues lo disfrutan más y les atrae más el acto de comer de todo).

Estimula su desarrollo instándolo a que aprenda a elegir y a proponer. verás que las rabietas serán como decimos “una a las quinientas” y cuando aparezcan, ya sabrás cómo resolverlas y no estar como esas señoras a quien sus hijos les lloran echados en el suelo y terminan obteniendo lo que quieren.

No olvides hablarle mucho tras una rabieta, si el bebé se calma a tiempo, felicítalo mucho por ello, para que relacione esta conducta como un logro y la rabieta como algo negativo. Eso sí, nada de premios.

En este video, finalmente aprenderás como la técnica de ignorar al niño para controlar la rabieta puede funcionar.

Imagen: CrianzaDulce, EternalEchoes, LifeHacker, Greatvine, TruthLiesAndHearsay.

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Acerca del autor

Escrito por Carla Gonzales

Egresada de Literatura en la UNMSM, periodista y correctora de textos y estilo. Actividades: leer, escuchar rock clásico, jazz, blues, proyectos literarios.