El castigo

castigo.jpgLos padres enseñan y promueven la conducta adecuada, pero en el camino suelen encontrarse con obstáculos como la desobediencia, la falta de aprendizaje, la rebeldía, etc., ante estas situaciones es donde entra el castigo, el cual debe utilizarse racionalmente y de forma sistemática para lograr corregir la conducta de los niños. Es imprescindible que la aplicación de un castigo sea generada por una conducta negativa emitida por el niño y no dependiendo de nuestro estado de ánimo, ni como desfogue de nuestros problemas personales. Antes de impartir el castigo es necesario que el niño haya recibido advertencias al respecto (no amenazas) y al aplicarlo tener cuidado que no sea un castigo absurdo y tener una actitud tranquila sin perder los papeles, gritando o renegando porque dicho comportamiento tampoco es una conducta aceptable generando confusión en el niño.

A veces los niños para evitar un castigo, hacen promesas de su comportamiento futuro, las cuales no deben ser aceptadas, los niños aún no pueden garantizar un comportamiento futuro por estar en proceso de desarrollo y porque una vez que los padres imparten el castigo deben mantenerse firmes desde el principio y seguir así hasta el final.

El castigo debe ser realmente desagradable para el niño, de lo contrario dejará de ser un castigo porque no le costará nada cumplirlo, además se debe tratar que esté relacionado con la falta que cometió, por ejemplo, si desordenó la sala, un castigo justo sería que arregle todo lo que desacomodó, si golpeó a alguien, aparte de pedir disculpas se le debe aislar, se trata que el niño cuando este cumpliendo el castigo tenga un tiempo de aislamiento en el cual reflexiones acerca de su comportamiento.

Amonestaciones, reprimendas, indiferencia, suelen ser el primer nivel de los castigos, si el niño insistiera con su mal comportamiento los padres se verán obligados a impartir castigos más severos.

El aislamiento es el castigo que consiste en apartar al niño de la situación en conflicto al encontrarse descontrolado y sin capacidad de razonamiento, por ejemplo pelearse física o verbalmente o tener una pataleta. El tiempo de aislamiento debe ser corto, 5 minutos a 15 minutos dependiendo de la edad del niño. Este momento es el que el niño utilizará para calmarse y poder reflexionar acerca de su comportamiento.

Otro tipo de castigo es el impartido por medio de la suspensión de algún beneficio, privilegio o derecho frente a una conducta inapropiada (no ver televisión, salir a la calle, comer postre, etc.). Si el niño no cumple con sus deberes escolares, se le puede prohibir salir a la calle o ver televisión, buscando castigos relacionados a la falta cometida.

El castigo físico no es aconsejable porque generalmente produce efectos negativos como la imitación de la agresividad física y el aumento de la ansiedad del niño.

Si los castigos comenzaran a formar parte de nuestro día a día se debe tener mucho cuidado y observación, la implantación excesiva de castigos puede generar sentimientos de resentimiento y venganza, es necesario estar atento a la conducta de los niños, muchas veces los padres descuidan sus relaciones afectivas con sus hijos por lo que ellos tratan de llamar nuestra atención portándose mal, en esta situación el problema es la falta de atención a nuestros hijos por lo que sería equivocado impartirles castigos sino más bien, darles más afecto.

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