Mudarse de casa

En algún momento de la vida nos veremos en la situación de mudarnos de casa, pudiendo ser las razones diversas: financieras, laborales, familiares, etc. Una mudanza trae consigo muchas tensiones para los adultos, cuándo mudarnos, cómo mudarnos; y sobretodo preparar todas las cosas para el día de la mudanza, los padres estarán tan atareados que muchas veces olvidarán el efecto emocional que puede tener en sus hijos.

Tratándose de un bebé de menos de un año de edad, este cambio no será problemático, ellos si percibirán el cambio pero podrán adaptarse con mayor facilidad puesto que aún no terminan de adaptarse a su entorno.

Niños en edad preescolar por lo general también tienen facilidad para adaptarse al cambio, si bien ya cuentan con una rutina, un ambiente familiar aún no tienen una clara percepción de lo que sucede, por lo que los padres pueden lograr que la nueva casa se torne un lugar deseado por ellos.

Los niños que sufren más con la adaptación a la nueva casa son niños preescolares que hayan atravesado recientemente cambios traumáticos como la muerte de un ser querido por ellos o el divorcio de sus padres; o cambios que sean importantes para ellos, como el paso de la cuna a la cama, el cambio del jardín de infancia, etc.

Para el caso de niños en edad escolar, se suman a estos cambios el sentimiento de desprenderse de personas o cosas como los amigos del barrio, el parque donde suelen jugar, su rincón especial de la casa que van a dejar, o personas del barrio que ven a diario como el panadero, el vigilante, etc., por lo que tendrán aún más cosas que perder, ellos ya cuentan claramente con mundo propio el cual ven repentinamente desbaratarse y les costará entender y aceptar el cambio.

La idea principal que se debe tener en cuenta es la percepción que tiene su hijo ante la mudanza. Quizá alguno de sus hijos acepte feliz la mudanza pero otro se mantiene reacio a hacerlo, a ambos se les presenta las mismas ventajas de la nueva casa, pero ambos la perciben de manera diferente. Algunos consejos que pueden ayudarlo son:

• Trate de mantener una actitud positiva hacia la mudanza, al menos delante de su hijo, los niños se ven afectados por las actitudes y estados de ánimo de sus padres, sobretodo en momentos de cambio, por lo que mensajes de tranquilidad y seguridad son indispensables.
• Si antes de la mudanza ha habido un cambio importante o traumático, de ser posible es mejor posponer la mudanza hasta que el niño se haya adaptado a la nueva situación.
• Hablar con su hijo antes de la mudanza y seguir hablando con ellos a menudo al respecto (de forma clara y sencilla), dando información acerca del cambio de casa y respondiendo sus dudas con la verdad.
• Lleve a la nueva casa a su hijo antes de la mudanza y dejen allí algunos juguetes para que tenga algo familiar para su próxima visita; además conozcan el vecindario, los lugares donde podrán jugar, pasear, qué familiares y amigos viven cerca, etc. Si no fuera posible ver la nueva casa por encontrarse en un lugar lejano déle la máxima información, fotos, videos, etc.
• Utilice una historia, inventada por usted, acerca de una familia que se va a mudar, inclusive puede escenificar la historia utilizando los juguetes de su hijo.
• Trate de mantener el mobiliario del dormitorio de su hijo y posponga la remodelación para cuando ya esté adaptado a la nueva casa.
• El día de la mudanza lo primero que debe poner en orden es el dormitorio de su hijo y trate que su hijo se quede en el jardín de infancia o con algún familiar cercano a él, luego cuando termine de organizar su dormitorio lleve al niño a la nueva casa.
• Luego de la mudanza trate de mantener las rutinas habituales tanto en alimentación, hora de dormir, ver televisión, baño, etc., para darle a su hijo el orden y familiaridad a la que está acostumbrado.