Primer día en el Jardín de Infancia

Llegó la hora de asistir al jardín de infancia, el niño usará un uniforme, llevará una lonchera, mochila, se levantará temprano, tendrá que modificar sus hábitos para asistir al jardín donde conocerá un mundo nuevo, con gente nueva, de rutinas diferentes y muchos desafíos por cumplir.

primer-dia.jpgEs inevitable que el niño y los padres sientan ansiedad; los días previos también han sido especiales (la elección del jardín, la compra de sus cosas, etc.), pero todos los niños reaccionan de diferente forma, mientras unos se mostrarán muy entusiastas otros estarán muy temerosos  y reacios. No se sorprenda que llore o que no quiera desprenderse de sus piernas; todo depende de la personalidad del niño y el apoyo que hayan recibido para enfrentar este nuevo reto. El llanto es una reacción natural ante el temor de separarse de los padres y emprender una nueva aventura.

Durante los preparativos para el nuevo día no genere mucha expectativa, una semana antes es suficiente para que hable claramente con el niño, en forma natural explíquele que ahora que ya está grande, debe ir al jardín para aprender cosas nuevas y conocer otros niños. No se lo repita constantemente, pues podría generar ansiedad.
Llevarlo a conocer las instalaciones, cuál será su salón, el patio de juego, el baño, etc, comentando de forma natural todo lo que podrá aprender y hacer e también de gran ayuda para que se vaya familiarizando con el ambiente.
La noche anterior deje todo listo para evitar situaciones estresantes por la mañana, no encontrar parte del uniforme pondría nervioso a cualquiera.

Al principio es preferible que al menos uno de los padres vaya a dejar y recoger al niño del jardín, así el niño sentirá más seguridad. Enviarlos con una movilidad escolar, sería una variable más por la que tendrían que atravesar.
De ser posible llévelo hasta el aula, para presentarle a la profesora y explicarle que ella lo cuidará y enseñará cosas interesantes y divertidas.
Despídase de él con una actitud positiva, relajada; no lo engañe diciéndole que se va un instante y luego vuelve; dígale la verdad, que se va al trabajo o a casa a hacer otras cosas y recomiéndele que disfrute de las cosas nuevas que verá, dígale claramente, que a la hora de salida estará esperándolo para ir a casa. Es importantísimo cumplir con esta promesa, de lo contrario el niño se sentirá abandonado y engañado.

Los niños más reacios al cambio, suelen no querer ir al jardín posteriormente porque quieren seguir con su rutina anterior; en ese momento, es importante conversar con él, explicarle con mucho cariño pero firmemente que ya es un niño grande y que se va a divertir en el jardín aprendiendo cosas nuevas, motívelo a superar sus temores.
También pueden quejarse de dolores de cabeza o molestias en general, que no hay que dejar pasar por alto, algunos niños presentan estos síntomas producto de la tensión del momento, pero no se debe ceder ante esta situación porque dilataría aún más el proceso de adaptación. Usted debe recordar que son los padres los que dictan las normas y no los niños, así que por asistir al jardín no se le debe premiar ya que es un deber del niño.
Los primeros días los niños suelen estar callados, es beneficioso averiguar lo que hicieron sus hijos, los nombre de los compañeros, si aprendieron algo nuevo y así, tener un tema de conversación en casa para poder seguir motivándolos (no atosigarlos).

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