Al fantasear, siendo un superhéroe que tiene poderes especiales, fuerza, velocidad, control de las situaciones y ser invencibles; ayuda a los niños a tener seguridad y confianza en sí mismos, lo mismo que se traduce a poder enfrentar sus propios temores. Motiva también la creatividad, desarrollo social y ayuda en la fluidez de su lenguaje. También sirve para desfogar toda su emoción, agresividad, frustración, rivalidad, lo cual no implica algo preocupante, puesto que la violencia imaginaria es una violencia controlada. Estos juegos son muestra clara del desarrollo de la inteligencia del niño porque evoluciona de un juego meramente imitativo a situaciones donde tiene que emplear su memoria para representar imágenes vistas en la televisión e incluso en su vida cotidiana.
Es muy importante tener reglas firmes sobre el juego y vigilarlos en todo momento para evitar que estos juegos se tornen violentos o se cometan errores, y las cosas se salgan fuera de control, como querer salir volando por la ventana igual que Superman.
Es necesario que los niños tengan claro que la agresión física y verbal, al igual que la violencia, no son buenas y que pueden hacer daño o entristecer a sus compañeros de juego; usted podría aprovechar algún momento libre para ver algún capítulo junto a su hijo, y luego resaltar las situaciones positivas que vieron recordándole que los superhéroes usan sus poderes para ayudar a las personas. También es necesario explicarles que lo que sucede en sus series favoritas es diferente a la vida real.
Cuando un niño vive obsesionado con estos juegos y pasa horas mirando televisión o fantaseando, es necesaria la intervención del adulto, restringiendo su exposición y redirigiendo la atención del niño hacia otras actividades, pues si no se hace, lo que en un inicio es beneficioso puede tornarse en algo nocivo que puede limitar al niño a tener ideas propias, y limitará también sus experiencias para resolver sus propios problemas.
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