Fiestas de Fin de Año, embarazo y alcohol

Durante el embarazo estamos compartiendo amor, cuidado, salud y calidad de vida con nuestro pequeño, y en épocas festivas generalmente cometemos pequeños excesos, por lo que debemos ser más cuidadosas. Todos queremos celebrar con alegría el Año Nuevo, tratándose de una mujer embarazada seguramente la alegría estará multiplicada por dos, pues también será el año en que veremos a nuestro bebé y compartiremos tantas nuevas y bellas experiencias con él.

Por supuesto, todos saben que las bebidas alcohólicas están prohibidas en el embarazo pues pueden hacerle daño al bebé, pero muchas mamás embarazadas se preguntan si un poquito les hará daño: ¿Puedo beber sólo una copita para el brindis? ¿Sólo un traguito para acompañar la cena? ¿Es que sólo una probadita le hará daño al bebé?

La respuesta es muy simple: No beber bebidas alcohólicas, porque sólo una probadita puede hacerle daño al bebé, aunque también hay probabilidad que no le haga daño, debemos reflexionar si por un sorbito de alcohol vamos a correr el riesgo de dañar a nuestro hijo de por vida ¿vale realmente la pena correr el riesgo?

El tamañito es importante
Puede parecer que una copa o un sorbo es casi nada. Pensemos dos veces, puede, efectivamente ser casi nada para una persona adulta de 1.65 metros de estatura y 68 kg de peso, pero la historia es diferente para una personita de apenas 4 centímetros de estatura y 100 gramos de peso, ¿no les parece lógico?

EL ALCOHOL LOGRA ALCANZAR AL BEBE
El feto está protegido de agentes tóxicos del cuerpo de la madre por la placenta, sin embargo el alcohol tiene la propiedad de atravesarla. Alcanza al bebé como si le diéramos a beber directamente a él. En ninguno de los nueve meses de desarrollo en el útero materno -y por algún tiempo más fuera de él- sus órganos están preparados para procesar alcohol, por lo que éste, por pequeña cantidad en la que se encuentre, producirá muchos desechos tóxicos que se quedarán en el organismo del bebé por un largo tiempo, pudiendo causar una serie de daños.

EL DAÑO SE DA A MUCHOS NIVELES
Una malformación congénita, una mutación, defecto físico, un trastorno del espectro alcohólico fetal (como se conoce a diversos signos graves causados por el alcohol) hasta daño cerebral y aborto espontáneo son consecuencias extremas bien conocidas y difundidas sobre el efecto nocivo del alcohol durante el embarazo. Sin embargo, no hay que llegar a tales límites para decir que se ha producido algún daño.
Durante el crecimiento del niño desde la concepción y hasta los 5 años, el desarrollo se da a dos niveles, el macrosómico y el microsómico. O hablando en buen español; Lo que podemos ver, y lo que no podemos ver. Algo que incluso muchos médicos dejan de advertir son los daños que no podemos ver, y que son tan importantes como los visibles. ¿Cuáles pueden ser estos daños “no visibles”? Cada minuto en la vida de un feto, una intensa actividad de diferenciación celular tiene lugar. Células de todo tipo (nerviosas, visuales, auditivas, de aprendizaje, de inteligencia, del hígado, músculos, etc.) no sólo crecen, sino que adquieren sus características, instrucciones para su actuación durante toda la vida del nuevo ser, se comunican entre ellas, migran y se acomodan, preparándose para cumplir al 100% con sus funciones. Los desechos tóxicos producidos por sustancias como el alcohol interfieren con este desarrollo, y, he aquí un hecho muy curioso: En la naturaleza, cuando esta diferenciación celular no ocurre en el momento que debería, ya no vuelve a ocurrir de la misma forma jamás; es decir, aunque no podamos ver ningún daño visible como parálisis cerebral o alguna malformación, el daño invisible ya ocurrió, disminuyendo el potencial que ese niño hubiera podido alcanzar si no hubiera sido agredido por un “sorbito” de alcohol.

NO SE PUEDE SABER CUANTO ES DEMASIADO
Hasta la actualidad, los estudios indican que aún muy pequeñas cantidades de alcohol producen daños en el feto durante el embarazo y en el bebé durante la lactancia. La ciencia no ha podido determinar que exista alguna cantidad “segura” de alcohol durante este periodo, por lo que la recomendación general, es la abstinencia.
Como generalmente el embarazo pasa inadvertido las primeras semanas, la abstinencia se extiende a aquellas mujeres que están intentando quedar embarazadas o aquellas que podrían estarlo, ya que las primeras semanas del desarrollo son las más cruciales en cuanto a diferenciación celular.

Por ello, como una demostración más del amor que tiene por su pequeño en camino, este Año Nuevo brinde con una buena copa ¡de jugo de naranja!

Fotos: Celebrating Pregnancy and Maternity Fashion, pregnancy.more4kids.

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